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domingo, 12 de diciembre de 2010

El difícil camino a un Estado Palestino


El futuro Estado Palestino se hace cada día más difuso con las medidas de Israel de apropiarse de más y más territorios palestinos con diferentes excusas, mientras que la ANP está cada día más impotente frente a una estrategia a la que no han podido oponer una alternativa seria. Hace más de 10 años que vengo sosteniendo que Israel nunca ha tomado en serio la edificación de un Estado Palestino.

Los acuerdos de Oslo firmados en 1993 no han sido respetados por Israel, porque no existió ni existe ahora, la intención de permitir la existencia de un Estado Palestino. Los judíos fueron a las conversaciones para ganar tiempo mientras que más y más colonos, la mayoría provenientes de la ex URSS, llegaban a los territorios ocupados para así lograr que los ciudadanos judíos no fuesen una minoría como le ocurrió a la minoría blanca en Sudáfrica. Y no importaba que esos colonos fuesen o no realmente judíos o de ascendencia judía. Lo importante es que no fuesen musulmanes y que fuesen de raza blanca. Por propia experiencia con refugiados rusos en Suecia sé de estas artimañas. Incluso en Europa, muchos rusos aduciendo ser judíos, lograron quedarse como refugiados alegando la persecución religiosa. Después algunos de ellos se fueron a Israel debido a las garantías que le ofrece el Estado israelí, si es que están dispuestos a radicarse en los territorios palestinos, como en Cisjordania, en calidad de colonos.

El Estado de Israel, no importando de que gobierno se tratase, ha seguido la política de afirmar su intención de llegar a un acuerdo de paz y, por otro lado, la práctica de torpedear los acuerdos para hacerlos imposibles. En una grabación hecha hace algunos años el premier Netanyahu, afirmó que la tarea de ellos (el Likud) era socavar los acuerdos de Oslo. Como no se especificaba el volumen de las fuerzas militares israelíes en Cisjordania y como las zonas militares no habían sido claramente delimitadas, Netanyahu llegó a la conclusión de que esto era suficiente para retener grandes territorios, y en forma irónica expresó que todo el valle del Jordán era una de esas zonas militares. Esta forma de proceder de los diferentes gobiernos israelíes responde a una estrategia a largo plazo que persigue debilitar el esfuerzo palestino de alcanzar una paz para erigir su Estado.

Mientras eso ocurría, la ANP creyendo ver en USA un país neutral, que apoyaba verdaderamente el nacimiento de un Estado Palestino, permanecía a la espera de una apertura por parte de Israel que no llegó nunca. Jasser Arafat murió y ascendieron a la jefatura de Al-Fatah aquellos que más habían disfrutado del dinero de ayuda aportado por los países árabes para beneficio del pueblo y que ellos utilizaron para tener una fuerza militarizada a su disposición y una parte importante para sus gastos personales.

Esta afirmación que hago tiene bases sólidas, basta leer lo que escribió el destacado escritor palestino-norteamericano Edward Said en su obra Crónicas palestinas. Dice Said (página 124) lo siguiente: “Hallándome en Londres hace unos días, asistí a la comida anual de recaudación de fondos de la Ayuda Médica para Palestina (MAP), una importante sociedad benéfica británica que proporciona medicinas, formación y equipamiento hospitalario a los palestinos en el Líbano, Cisjordania y Gaza. La mayoría de los asistentes (y, de hecho, muchos de sus miembros) eran árabes, y concretamente palestinos; pero había también una considerable presencia británica. Los dos principales oradores, fueron lord David Steel, actual presidente de la MAP, antiguo miembro del Parlamento y jefe del partido Liberal, y Clare Short, ministra de Desarrollo Internacional en el nuevo gabinete laborista de Tony Blair. Ambos son conocidos defensores de los derechos palestinos y, a pesar de que hablaron con aprobación de los hoy difuntos acuerdos de Oslo, insistieron en lamentar el actual estado de cosas, en el que los palestinos continúan sufriendo la negación de sus derechos. Sin embargo, lo más llamativo de ambos oradores fue la referencia que hizo cada uno de ellos al uso indebido de los fondos públicos por parte de la Autoridad Palestina.” Hay muchas referencias más sobre el mal uso de los dineros de ayuda, tanto en otros escritos del difunto periodista Edward Said como en otros más actuales.

Es conocida por muchos la noticia de las mansiones que se hicieron construir Abu Mazen (Abbás) y Um Yihad en la costa de Gaza con dineros provenientes de esta ayuda humanitaria, y hay mucho más. La bancarrota moral de Al-Fatah, la corrupción cada vez mayor de su superestructura y de jefes intermedios y la falta de respeto a los civiles por los “policías” de la ANP tuvo consecuencias funestas para los palestinos.

El pueblo se dividió y una mayoría pasó a apoyar a Hamás, que se había distinguido por la honestidad y el respeto de su jefatura hacia la población. El temor a una dirección con medidas religiosas extremas como las de otras organizaciones islamistas, hizo que todavía una parte de los palestinos apoyasen a Al-Fatah, como el mal menor. Pero Hamás hasta acá ha tenido un comportamiento correcto y no hay indicios de corrupción, lo cual es muy importante ante los ojos de los palestinos y del mundo, de los que aún no siendo palestinos, desde fuera de Palestina apoyamos en forma irrenunciable su lucha.

Estados Unidos tiene una política que sirve fundamentalmente a sus intereses, como todos los Estados del mundo lo hacen. Es necesario repetirlo porque hay muchos que ven en las medidas de carácter geopolítico sólo cuestiones del bien y del mal. Y el interés de USA es mantener esa zona bajo su control y colaborar con el Estado de Israel, que sea como sea, es su aliado principal. Indudablemente que en la política de USA juega un papel importante lo que se llama el Lobby judío, que no es otra cosa que los capitalistas judíos que apoyan a aquel candidato a presidente o al ya elegido, siempre y cuando tenga una política clara de apoyo a Israel. Y el Lobby judío es poderoso. De manera que los palestinos han errado en elegir a USA como país neutral en intermediario en su disputa con Israel. USA hasta aquí sólo ha hecho reuniones y más reuniones en donde se llegan a acuerdos que luego no se cumplen, en especial por parte de Israel.

En ese sentido la ANP ha cometido un error que ha costado caro. En el artículo que escribí en noviembre de 2007, “¿A dónde conduce la conferencia de Annapolis?” dejé en claro que el resultado de esa conferencia sería muy poca cosa. Decía yo que Annapolis sería un fiasco, y lo fue. Por esa época pensaba que los israelitas entregarían sólo promesas, hoy ya ni siquiera hacen promesas como no sea utilizar la fuerza para desalojar a los palestinos de Jerusalén y de otros territorios y aumentar la construcción de viviendas en esos territorios para inmigrantes llegados de Europa. Pensaba en aquella época que era posible un Estado batustiano al estilo de los Estados que creó el aparthied en Sudáfrica. De un Estado batustiano a ningún Estado propio y libre, a no ser la existencia de un mini Estado en Gaza gracias a la tenacidad y al valor de los combatientes de Hamás.

Ahora pienso que ni siquiera un Estado batustiano es posible. Las alternativas para los palestinos son cada vez más reducidas. No hay espacio para maniobrar y así la estrategia se reduce sólo a medidas tácticas que no obedecen a una estrategia general y coordinada. Decía en aquella época que Israel (y también USA) obligaría a la ANP a medidas irregulares que conducirían a una guerra civil como realmente ocurrió. El mal de todo esto no fue tanto la lucha entre la ANP y Hamás, como la actitud poco clara y casi entreguista de Al-Fatah a los norteamericanos y de esa forma, al Estado de Israel aunque no se lo hubiesen propuesto.

Y ¿cuál es la alternativa política de Al-Fatah en este momento. Están paralizados esperando que venga una ayuda exterior que no llega, sobre todo que tanto Jordania como Egipto se han casado con USA y apoyan enteramente su política. Abu Mazen y algunos de sus seguidores hablan de declarar en forma independiente la creación del Estado Palestino aún a pesar de las amenazas de los israelíes. Eso no es nuevo. Durante varios años y en más de tres ocasiones dijeron lo mismo y luego no se cumplió con lo enunciado, lo que demuestra que esas declaraciones no son otra cosa que palabras al viento.

Hasta aquí yo no había barajado la posibilidad de un sólo Estado en el cual palestinos y judíos tengan los mismos derechos, en todo orden de cosas. Esa posibilidad tampoco estaba en la mente de los judíos que sólo apoyaban la existencia de un Israel judío y no un Israel con dos etnias y al menos dos religiones. Me parecía algo imposible por el odio acumulado durante más de 60 años. Sobre todo, el odio a los judíos, que han cometido enormes tropelías y abusos a diario.

El pueblo palestino ha sufrido mucho. Han tenido que soportar más allá de lo humanamente posible y por eso, a veces, movidos por la desesperación, acuden a las acciones terroristas que no puede ser comparadas con el terrorismo diario de las fuerzas israelíes. La gente de otros lugares no comprenden que un ataque con artillería contra viviendas civiles, en el que muere o son terriblemente heridos niños, mujeres y ancianos es tan o más terrorista que una bomba en un restaurante de Tel Aviv.

El mundo va cambiando a pasos largos. Sobre todo por la globalización de la economía y la necesidad cada vez más urgente de fuentes energéticas sin las cuales la economía no puede funcionar. Y como resultado de esto último, los Estados-nación van perdiendo su influencia para entregársela a Estados que se unen en base a intereses comunes, a su cercanía, a su región. Así surgió la Unión Europea y hay otros proyectos ya en camino. Y ¿qué ha de ocurrir en Oriente Medio en uno o dos decenios? Es muy probable que surja algo parecido tomando como base al o los países más desarrollados y que tengan una economía sólida. Así sea Irán, Turquía o Arabia Saudita la base de este Estado regional o Estado Multinacional como lo llamé en otro trabajo, Israel quedaría aislado y perdería más que ganaría con su aislamiento. Pero si fuese un Estado con dos etnias y con dos religiones, podría ser parte de esto y con ello saldría a flote económicamente, sobre todo porque se ha desarrollado tecnológicamente. Y la tecnología da más dividendos que los productos agropecuarios o las materias primas. Además, como lo dice Ali Abunimah en Al Jazeera: “los Judíos israelíes ven su moneda y la legitimidad moral devaluada drásticamente en todo el mundo, mientras que demográficamente los palestinos están a punto de convertirse en una mayoría, una vez más en la Palestina histórica.” Existe claro está, los ultra reaccionarios que piensan que la única solución es expulsar a los palestinos de Palestina, pero eso no podría ser ya que conduciría a una guerra en la cual muchos países árabes tendrían que participar al lado de los palestinos.

El asunto es que hoy se han planteado algunos políticos israelíes que fueron los más reaccionarios, sobre la posibilidad seria de un Estado compartido con los palestinos. ¿A dónde conduce todo esto? No lo sabemos, pero no es una idea descabellada, si los palestinos llegasen a gozar de los mismos derechos que tienen los judíos y participasen en todas las instancias del poder estatal. Desde luego que esta posibilidad es difícil de aceptar por los palestinos. Pero, antes que sea demasiado tarde, tal vez sea la única alternativa a la guerra, de la cual tampoco se puede esperar mucho. Lo cierto es que hoy se necesita una estrategia sólida que marque una ruta posible, porque, como bien sabemos, la política correcta es aquella que responde a una estrategia de lo posible. Y para ello no podemos evadirnos de la realidad, por triste que esta sea.

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